Si de extinciones masivas se trata, la ocurrida entre
el Cretácico y el Terciario (K-T) hace 65 millones de años es apenas medianamente terrible. Peor fue, aquella entre el Pérmico
y el Triásico, hace 250 millones de años, que arrasó con 90% de las especies animales, aunque la extinción K-T es la más famosa
porque aniquiló a los dinosaurios y generó un debate científico de notable perseverancia. Al menos la mitad de las especies
animales desaparecieron durante o cerca del límite K-T. En una época, los científicos culparon a los volcanes, al descenso
del nivel del mar o a una supernova; o simplemente declararon que las causas
eran un misterio.
Sin embargo, en décadas recientes ha ganado aceptación
una estremecedora posibilidad: la culpa fue de una gran roca. En 1980, el físico Luis Álvarez y los químicos nucleares Frank
Asaro y Helen Michel publicaron un artículo en el que sostenían que un asteroide de 10 a 12 Km. de diámetro chocó contra los
restos del cráter del impacto, cerca del extremo de la península de Yucatán, México. Además de los efectos inmediatos (tsunamis,
terremotos), debió haber calamidades secundarias, como incendios que quizás abrasaron 25% de la biomasa del planeta. De tal
suerte, la Tierra se convirtió en un lugar oscuro y muy frío.
Pero ahí no acaba todo, en la actualidad, el geofísico
francés Vincent Courtillot afirma que antes del impacto, varios miles de años de intensa actividad volcánica debieron de envenenar
la atmósfera, y agrega que han encontrado pruebas de que todas las extinciones masivas del planeta tuvieron que ver con una
poderosa inundación de erupciones basálticas. Por su parte, el biólogo J. David Archibald, de la Universidad Estatal de San
Diego, EEUU, también critica la teoría de causa única; al compartir las criaturas de América del Norte que sobrevivieron a
la extinción del K-T con las que perecieron, no encuentra un patrón que apoye el argumento del asteroide; la mayoría de las
tortugas sobrevivieron, no así los lagartos; casi la mitad de los mamíferos se salvó, mientras que todos los dinosaurios se
extinguieron. La masacre debería haber sido más equitativa. Gerta Séller, paleontóloga de la Universidad de Princeton, EEUU,
afirma que múltiples impactos contribuyeron a una extinción gradual que duró varios cientos de miles de años, el cráter de
Yucatán antecede al límite K-T, por tanto, el asteroide de seguro no es el único asesino.
Con todo, muchos científicos apoyan la teoría de causa
única. La información es abrumadora, comenta David Fastovsky, geobiólogo de la Universidad de Rhode Island, EEUU, quien añade
que las nuevas investigaciones en la formación geológica de Hell Creek, en Dakota del Norte, revelan que una gran cantidad
de especies murieron súbitamente al final del Cretácico. La lección es que no hay absolutos para la ciencia, la teoría de
la gran roca no está condenada a la extinción, pero seguramente nos llevaremos muchas sorpresas en el estudio sobre el pasado
distante.
Fuente: Joel Achenbach (Periodista
del Washington Post). Tomado del National Geographic de Abril del 2003